domingo, 10 de abril de 2011

Que valga la pena

No sé que mucho contar, o que mucho omitir acerca de esta semana. Así que esto no fluirá demasiado, le aviso desde antemano, profesor.
He intentado responder con todas mis tareas diarias, ya sean colegiales, caseras y sociales. Como persona, hija por sobre todo, hermana, polola, sobrina. A pesar de no tener mucho ánimo. “Pal’ mal tiempo, buena cara” sería un buen consejo a seguir. A mi no me funciona mucho, pero por lo menos he hecho el intento y existe la disposición dentro de mí.
Esperé a escribir hasta hoy domingo, día límite, porque no tenía ganas de exteriorizar. Pero es un punto para lo que, podría llegar a ser un siete. Y aquí, todo sirve. Hasta las tareas y el cuaderno bien ordenado. Vale la pena hacer un esfuerzo.
Como dato freak, podría aportar que por décima vez, me dijeron que la Universidad de Chile pasa en paro, en especial la Facultad de Humanismo, la que está al lado del Piedragógico (Perdón, quise decir Pedagógico), y la Universidad Tecnológica Metropolitana. Cuál de las tres más revolucionaria. Si hasta le tienen apodo: “El triángulo de las bermudas”. Un conocido contaba que un día como cualquier otro, mientras jugaban fútbol, una bomba lacrimógena caía en la cancha de la Universidad. Todos se miraron perplejos. Definitivamente, que algo como eso caiga como Pedro por su casa, no es de todos los días. Mientras no me llegue en la cabeza si llego estudiar ahí, estamos al otro lado.
Tengo que admitir que aunque recién pasó el primer mes de colegio, ya quiero que se termine rápido todo esto, por lo menos lo que es primer semestre. El segundo es más corto, hay menos cosas, menos días, más estrés. En una de esas, valga un poco la pena.
Literalmente.

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