domingo, 5 de junio de 2011

HUGO (He Usurpado Generosamente tu Oreja).

Es como derretirme. Es como si repentinamente nada realmente tuviese el peso suficiente como el que toman nuestros ojos cuando se encuentran. Un par demasiado grande, y otro demasiado pequeño, en donde la comunicación no es un problema; simplemente una instancia de supremacía emocional. Es sentirnos tranquilos, calmados, dando los pasos necesarios sobre el pavimento, y unos cuantos por las nubes; es no tener miedo de sentir sus dedos entre los míos, ni su respiración junto a mi oído, ni sus pensamientos audibles dentro de mi cabeza. Es actuar de forma natural, reír porque lo que prima es la felicidad, sentir el uno al otro y nada más.
Aquí no hay nadie por sobre el otro, sino solo dos seres creciendo a la par, con la misma cantidad de errores, ganancias, parar, levantarse y seguir. Aquí no existe el egoísmo, no existe la amargura, no existe ni ellos ni nadie, porque es un todo que solo tiene espacio para tres: el Creador, y los otros dos con ganas de amor; de ese que te llena desde las falanges inferiores, y termina estallando de forma exquisita en la cavidad parietal. Ese que te aturde, pero que a la vez te deja pensar correctamente: quieres lo mejor para el otro. Incluso si eso es directamente proporcional a ir en contra de la temida voluntad.
Desde hace un tiempo y sin darnos cuenta, nuestro vocabulario se amplió. El singular pasó al país del olvido, porque el plural ocupó de forma imperial su trono. Yo llevo un trozo de ti, y tú uno de mí, y el solo recordar que nos llevamos, es causal de un par de comisuras alegres que solo anhelan ensancharse lo más posible, con cada pestañeo, con cada ‘quiero’. No elegimos ni forzamos nada; no aceptamos algo teniendo ese propósito claro, con esas ganas infinitas de llegar sonriendo a lo que quiera que este preparado para nosotros.
Gracias a Dios por regalarme el hombre más virtuoso del planeta tierra, el más amigo, el más compañero, el más chistoso, el más sobre protector, el más psicólogo, el más subjetivo, el más enojón, el más no celoso, el más bailarín, el más actor, el más músico, el más escritor, el más casi abogado, que cualquiera se moriría por tener. Gracias a Dios por esas millonadas de canciones cantadas, interpretadas, recitadas, burladas, ridiculizadas; por esas instancias donde tu voz y la mía se acarician mientras danzan al compás de las notas necesarias para construir lo que se nos de la gana; por la maravillosa capacidad de reírnos y bromear después de un momento tenso, porque no nos interesa pisotear al otro, sino hacerlo sentir mejor; por tu cuadrado y el mío, que juntos forman un rectángulo lo suficientemente humanista y literario para hacerlo poco matemático; por ese cuaderno negro y peculiar, en dónde escribimos todos esos momentos pragmáticos e incluso poco relevantes de esta real historia; pero gracias a Dios porque simplemente eres tú, autentico, con los defectos e increíbles virtudes que te hacen ese hombre único e inigualable para mí.
Hugo Morales, alias Hugozzlightyear, Hugoberto, BigotHuguiño, Fujimori, Evo, Pelucón, Chinito, Cosita, Amor, e incluso más… Te Amo.


*Te Momo, en ese lenguaje tan especial que todo de nosotros puede mantener, y que nadie más podría captar, porque es simplemente eso, nuestro.

1 comentario:

  1. Lo mínimo no es un "Me gustó", sino un Te Amo, de ahí la partida de lo inefable y lo plausible, lo incomprensible y lo inalienable, aquello es que todo esto continúa, y que es sólo tuyo y sólo mío, sólo nuestro.

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