martes, 2 de agosto de 2011

Esa Noche.

Esa noche pensó que él la iba a escuchar.
Que iba a postergar unos cuantos compromisos,
Y que correría por cerrar la puerta de su habitación.
Esa noche, ella creyó que el insistiría como solía hacerlo,
Que entendería el estado en que ella se encontraba,
Y que intentaría sacarle palabras con suavidad.
Esa noche, imaginó que el escucharía sus sollozos,
Que desde la distancia contendría sus lágrimas,
Y le volvería a repetir que leyese ese portal de ambos.
Esa noche, el seguramente creyó que le haría caso,
Que se dormiría temprano,
Y que iba a estar tranquila.
Esa noche, el no imaginó que a ella no le importaba la hora,
Ni sus quehaceres,
Ni tampoco que era necesaria su voz para calmarla.
Esa noche, se dio por hecho que cada uno seguiría su trayecto,
Que se hablarían mañana,
Que todo se encontraría bien.
Esa noche, el no pensó que ella podía estar maquinando algo,
Que la mente lamentablemente es poderosa,
Y que sus pensamientos la dominan.
Esa noche, se prefirió hacer oídos sordos,
Darle tiempo al tiempo,
Simplemente esperar.
Esa noche, ella no asumió consecuencias,
Se aclaró a si misma por qué el no seguía al otro lado del teléfono,
Y sonrió de forma irónica:
Esa noche… Esa noche, pensó que él la iba a escuchar.

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