lunes, 20 de junio de 2011

Yo, creo.

Si le interesa un poquito saber dónde esta parado, qué sucede actualmente con la educación Chilensis, y no se quiere poner una venda frente a lo que, seguramente, mañana le tocará a defender, vea este resumido video.



domingo, 19 de junio de 2011

Burbuja.

Es una extrañeza todo esto. Esa necesidad increíble de querer terminar el año luego, tranquila en su gran mayoría, esperanzada de que la inservible Prueba de Selección Universitaria, me diga que sí a la Universidad que yo quiero, y decirle Adiós al colegio que me albergó desde séptimo, en todo ese crecimiento personal, espiritual e incluso corporal. Es una extrañeza, porque sé que cuando tenga que despedirme de todos los lugares recónditos y escurridizos que me ocultaron más de una vez, y de todas esas personas que han sido como Agua y Luz solar a mi crecimiento (Profesores, compañeros, y una que otra persona amiga), lloraré como todos ya deben suponer, pues, saben como soy. Han sido seis años de mágicas y algunas duras experiencias; el Colegio ha sido una burbuja increíble que extrañaré, una burbuja que ha sido buena.
Las clases de este año han cobrado una perspectiva diferente. Cada profesor que se ha parado frente a nosotros este año, me hace reflexionar. En primera instancia, porque entendí cuan complicado es tratar con estudiantes como nosotros; somos un poco mañosos (solo un poco), y gracias a las “clases de ayudantía” (como lo fue Historia y Lenguaje) pude darme cuenta que eso de luchar con los cerebros ajenos, no es lo mío. Menos cuando definitivamente no tengo el carácter suficiente como para tratar con estudiantes en plena adolescencia; somos insoportables. Así que, mi sueño de ser profesora de Lenguaje por cinco años, no fue más que la farsa que algunos aún esperan que me retracte.
Pero por sobre todo, aprendí lo que significa vocación. Esa que ellos tienen, y que los mantiene de pie frente a nosotros, ya sea enfermos, tristes, felices, no tan sonrientes, y con situaciones familiares complicadas. Es increíble como toman toda esa mochila llena de todo y la dejan a un lado, con el objetivo de frente: enseñar. Va más allá de aprender sus materias porque sí; es dar lecciones de vida, desde un fundamento, porque no todo es porque sí, o por osmosis, o porque a un insulso con demasiado tiempo libre se le ocurrió que debíamos aprenderlo (aunque sinceramente, en cuanto a matemáticas sigo con el pensamiento que algunas cosas son así, con el respeto que merecensilencio).
Me di cuenta que Literatura y Arte (gracias al Profesor Luis y Miss Patricia) son eso que me recorren las venas; eso que me fascina hacer, con lo que sonrío y anhelo hacer de por vida. Es un poco complicado escuchar constantemente que tu circulo diario te repita el poco ingreso que podría llegar a recibir, y que el campo laboral es no se qué y no se qué más. Pero como la vida esta hecha de metas, y a mi no me gusta caer, solo me queda saltar. Es como me pasa con la política en mi casa: Papá de Derecha, hija instintivamente media Comunacha y una Mamá que se quedó con el No, aunque eso es otro tema.
Siento que decir un “Gracias” definitivo me adelanta a un momento el cual quiero/no quiero que llegue. Pero eso sí, no estaría nada de mal que llegue el Seis de Julio. Hace demasiado frío en las mañanas últimamente (Carita triste), y no sería malo despertarme un poquito más tarde, aunque sean dos semanas.

 Si Compañeros; apuntos de pasar la línea que nos lleva fuera de nuestro cálido Colegio.

domingo, 12 de junio de 2011

Analogía.

El miércoles fue un día lleno de cosas habidas y por haber; de todo un poco. Dulce, agrio, más agrio. Pero contemplando que a estas alturas, es mejor hablar sobre las cosas agradables e intentar botar al tacho de la basura lo inservible, me referiré a nuestra súper salida al Vivero.
Ya, para que andamos con cosas: me encantan los niños chicos. No me cuesta llevarme con ellos, muy por el contrario, se me hace fácil saber como entenderlos y viceversa (quiero creer que es por tener una hermana en Pre-Kinder y se reconocer sus intereses, no por un tema de madurez…)
Ahora… También existe un punto, en que los niñitos lindos preciosos, sacan de quicio. En el colegio tenemos varios ejemplos, en especial del tercero básico, una especie de concentración de los niños ‘pateables’. Pero ese es otro tema.
Sinceramente, ese día en la mañana no me daban demasiadas ganas de perder lenguaje y tener que salir a enfriarme con ese tan agradable frío matinal, proveniente de las alturas cordilleranas. Además existe una especie de relación amor/odio entre el frío y yo, pero ese es otro cuento. Al final, lo que significó una motivación fue el pensar “es último año”. Triste (ni tanto), pero cierto. Y después de contemplar muchas veces la idea, recordé que el Vivero estaba a metros cortos del final del camino de tierra. No era ni tanto.
Mientras comprábamos las plantitas y árboles, fue más un lapsus existencial y sacar algunas fotos que otra cosa, y es que el sueño tiene varios efectos en mí, y el ser poco animosa es uno. Eso si, me reivindiqué cuando de vuelta teníamos que cargar las compras; la Isabella (más conocida como Chichi, el enigma de mi vida) caminaba a mi lado, y podía darme cuenta que a pesar de tener unos brazos pequeñísimos, podía sostener con fuerza un masetero de flores amarillas y rojas; no le daba cabida al cansancio, y eso me hizo un poco de click. Un click metafórico que fue de peso, especialmente a estas alturas.
¿Algún deseo? Ir a visitar el colegio en plan de “Quinto medio” el próximo año, y ver que esas plantas y árboles que plantamos no hayan secado; que los cuidados “más mínimos” que hayamos entregado, sirvan para su crecimiento, vitalidad, fuerza.
En mi súper analogía, en el colegio suceden muchas cosas. Experiencias únicas, maravillosas, y otras muy poco agradables, pero que al final del túnel, cuando sabemos que en algún momento Dios va a hacer su propósito en lo que creemos, es una porquería de situación, reiremos, y reiremos tranquilos. Así pasa con las plantas, y el abono que puede no ser muy agradable para ellas, pero que al final de cuentas ayudan la calidad del sustrato y no sé que otra porquería más.
Lo importante es no secarnos. Lo importante es seguir creciendo.

Antupirén, final del camino pavimentado. Sol matinal que se asoma por nuestra cordillera. Fotógrafa: Yo.

domingo, 5 de junio de 2011

HUGO (He Usurpado Generosamente tu Oreja).

Es como derretirme. Es como si repentinamente nada realmente tuviese el peso suficiente como el que toman nuestros ojos cuando se encuentran. Un par demasiado grande, y otro demasiado pequeño, en donde la comunicación no es un problema; simplemente una instancia de supremacía emocional. Es sentirnos tranquilos, calmados, dando los pasos necesarios sobre el pavimento, y unos cuantos por las nubes; es no tener miedo de sentir sus dedos entre los míos, ni su respiración junto a mi oído, ni sus pensamientos audibles dentro de mi cabeza. Es actuar de forma natural, reír porque lo que prima es la felicidad, sentir el uno al otro y nada más.
Aquí no hay nadie por sobre el otro, sino solo dos seres creciendo a la par, con la misma cantidad de errores, ganancias, parar, levantarse y seguir. Aquí no existe el egoísmo, no existe la amargura, no existe ni ellos ni nadie, porque es un todo que solo tiene espacio para tres: el Creador, y los otros dos con ganas de amor; de ese que te llena desde las falanges inferiores, y termina estallando de forma exquisita en la cavidad parietal. Ese que te aturde, pero que a la vez te deja pensar correctamente: quieres lo mejor para el otro. Incluso si eso es directamente proporcional a ir en contra de la temida voluntad.
Desde hace un tiempo y sin darnos cuenta, nuestro vocabulario se amplió. El singular pasó al país del olvido, porque el plural ocupó de forma imperial su trono. Yo llevo un trozo de ti, y tú uno de mí, y el solo recordar que nos llevamos, es causal de un par de comisuras alegres que solo anhelan ensancharse lo más posible, con cada pestañeo, con cada ‘quiero’. No elegimos ni forzamos nada; no aceptamos algo teniendo ese propósito claro, con esas ganas infinitas de llegar sonriendo a lo que quiera que este preparado para nosotros.
Gracias a Dios por regalarme el hombre más virtuoso del planeta tierra, el más amigo, el más compañero, el más chistoso, el más sobre protector, el más psicólogo, el más subjetivo, el más enojón, el más no celoso, el más bailarín, el más actor, el más músico, el más escritor, el más casi abogado, que cualquiera se moriría por tener. Gracias a Dios por esas millonadas de canciones cantadas, interpretadas, recitadas, burladas, ridiculizadas; por esas instancias donde tu voz y la mía se acarician mientras danzan al compás de las notas necesarias para construir lo que se nos de la gana; por la maravillosa capacidad de reírnos y bromear después de un momento tenso, porque no nos interesa pisotear al otro, sino hacerlo sentir mejor; por tu cuadrado y el mío, que juntos forman un rectángulo lo suficientemente humanista y literario para hacerlo poco matemático; por ese cuaderno negro y peculiar, en dónde escribimos todos esos momentos pragmáticos e incluso poco relevantes de esta real historia; pero gracias a Dios porque simplemente eres tú, autentico, con los defectos e increíbles virtudes que te hacen ese hombre único e inigualable para mí.
Hugo Morales, alias Hugozzlightyear, Hugoberto, BigotHuguiño, Fujimori, Evo, Pelucón, Chinito, Cosita, Amor, e incluso más… Te Amo.


*Te Momo, en ese lenguaje tan especial que todo de nosotros puede mantener, y que nadie más podría captar, porque es simplemente eso, nuestro.