lunes, 7 de noviembre de 2011

Dos Semanas

En un principio dudé si escribir sobre lo nada que nos queda para salir de nuestra burbuja estudiantil. Es el tema que prepondera en todos nuestros blogs, esa emoción, sutileza, importancia, o quizás todo lo contrario para algunos. Yo quería escribir alguna porquería loca, de esas que suelo manifestar en mi cabeza incluso en momentos inimaginables... Pero que va. ¿Cuántos años he anhelado esto? Salir temprano, saber que no queda nada para atravesar esa línea que no nos dejará volver atrás jamás... Hasta ahí. He estado guardando el mejor de mis discursos para la última semana oficial. La última publicación en este lugar maravilloso.


Así que hoy sugiero agradecer: esta publicación Profesor Luis, va para usted.

Se que muchos se tomaron esta actividad de comienzo de año, no con la mejor disposición. Todavía existen algunos declarando que escribir semanalmente se trata de una especie de calvario; pesadillas hechas realidades. Pero he podido notar a lo largo de este año lleno de sorpresas, en dónde la Caja de Pandora es Disney World, que en el fondo, muy en el fondo de todos sus corazones, les gusta esto. Incluso a los que critican publicación tras publicación, saben que llega un momento, en donde ustedes se transforman en ese escritor que deja de tener sus nombres, sus características físicas, sus dedos, más no sus sueños, sus intenciones... Todos nos transformamos en los redactores oficiales de lo que sea que queramos expresar. ¿Quién tiene el derecho de decir quien lo hace bien o mal? ¿Quién puede borrar nuestras ganas de hablarle al mundo a través de las letras? Nadie. Simplemente, porque Dios las creó, las instauró dentro de nosotros, y necesitamos de ellas para vomitar de una forma muy sofisticada, lo que tenemos inmerso, en nuestra cabeza, corazón, alma, espíritu. 
Se que muchos de ustedes (o la mayoría), no se dedicaría a redactar el resto de su vida. Y está bien, porque probablemente, todos ustedes me dejarían sin revista o diario en donde publicar. Todos somos buenos. Todos hemos logrado caminar durante un año invirtiendo tiempo, y ganando conocer, dos enormes factores que muchas veces no se dan dentro la sala de clases. 
Pues bien, nuestro Profesor de Lenguaje y Comunicación, Luis Moran, nos regaló una herramienta maravillosa. Personalmente, puedo decir que gracias a él he podido entrenar mis dedos y mis ganas. Debo confesar que desde siempre me gustó leer y escribir, más cuando me comenzó a hacer clases un algo tímido profesor (de lo que ya no queda), pude comprender que la imaginación no se basa simplemente de lo que queremos, si no de lo que vivimos; los cuadernos de redacción se vieron envueltos hasta expirar, matados por la punta de un lápiz que jamás ha querido descansar; lo mismo que sucederá con este blog. Toda esta asimetría verbal, este mundo tan personal, quiero que dure hasta que mis dedos dejen de teclear... Entonces, solo me queda tener un corazón agradecido; principalmente hacia Dios, quien puso delante nosotros un soñador y esforzado profesor, que con vocación y amor ha plantado en cada uno, la semilla del escritor... La semilla del escritor, que redacta su propia vida, sin necesidad de papel.


Recordad: "Si la vida es como un naufragio... Que sea feliz el que pase remando"

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